lunes, 13 de diciembre de 2010

Capitulo 4

Conociendo a James.


-¿Ja-James?
-¿Sorprendida?-dijo con una sonrisa malvada en su rostro
-Me estás asustando, ¿Dónde estamos?-mi voz se quebraba
-No necesitas saberlo-dio otro paso hacia adelante, su rostro se iluminó más y lo pude ver bien, su rosto estaba muy tenso y parecía asustado aunque demostraba lo contrario.- esto no dolerá, lo prometo- no comprendí bien esas palabras hasta que.-
Volvía a estar en mi habitación, la luz estaba apagada, seguro papá la apagó ya que vio que yo estaba dormida, ese había sido un sueño bastante raro, pero lo que más me molestaba es que había soñado con él y él se veía distinto, sus hermosos ojos se habían convertido en tenebrosos pero aún más misteriosos, no estaba asustada pero mis manos temblaban de una extraña manera, como si hubiera vivido ese sueño, tenía mucho frío y mis manos y pies estaban entumecidos a pesar de que tenía dos cobijas sobre mi y la ventana estaba cerrada al igual que la puerta, revisé mi reloj, eran las doce en punto, cerré mis ojos tratando de volver a dormir y de olvidar ese inusual sueño.
La alarma de mi reloj sonó, eran las 7:15, caminé hacia el baño, las piernas me pesaban más de lo normal, me sentía muy cansada, me miré en el espejo y justo en mi mejilla derecha tenía un rasguño bastante grande, tal vez me lo había hecho mientras dormía, yo hacía muchas cosas al dormir, una vez amanecí en el suelo de mi habitación.
Baje a la cocina, papá preparaba el desayuno y recordé.
-Buenos días papá.
-Buenos días Elizabeth, ¿dormiste bien?
-Sí, escucha, debo pedirte algo, hoy debo reunirme en la casa de un emmm, amigo-si claro, pensé con sarcasmo-para lo del baile, así que no me esperes porque puede que me tarde bastante.
-Y por qué lo dices-dijo papá algo inseguro
-Solo digamos que él y yo no congeniamos así de bien-dije y luego reí infantilmente.
-Está bien Beth, pero prométeme una cosa
-Sí papá, lo que tu digas-levanté una ceja en el acto
-Regresa antes de las ocho por favor, no quiero preocuparme tanto.
Después de prometerle a mi padre que tendría cuidado y comer mi desayuno, salí de la casa, me subí a mi auto, y me fui a la escuela, el camino me pareció más corto que nunca, no estaba ansiosa por ver a James en clase de historia, pero quería hablar con Laurie para disculparme.
Entré al aula de historia, donde la maestra Tina estaba apoyada en el pizarrón.
-Laurie, escucha, lamento lo de ayer, no fue mi intención herirte de esa manera.
-No tú escucha Beth, yo lo lamento, no debí haber reaccionado de esa manera, ¿me perdonas?-dijo mientras esbozaba una sonrisa bastante tierna.
-Por supuesto-dije devolviéndole la sonrisa y la abracé
Nuestras “peleas” siempre eran así, jamás duraban mucho tiempo, la más larga fue una que duró un día y trece horas (Laurie se había tomado el tiempo para contar las horas).
La clase de historia avanzaba bastante lento, cuando el timbre sonó estaba bastante feliz, seguí a mi otra clase y a la otra y a la otra hasta que por fin llegó la hora del almuerzo.
Brooke y yo nos dirigíamos a la mesa cuando vi que James y los demás chicos también estaban ahí, que hacía James ahí, pensé.
-Hola Barret-dijo mientras sonreía maliciosamente
-Qué haces aquí-pregunté como si no hubiera escuchado su comentario
-Pensé que estarías feliz de verme, además, tengo que hablar contigo-Kurt hizo un silbido coqueto y yo solo quería matarlo.
James me tomó del brazo y me llevó detrás de la salida de emergencias, miradas curiosas se nos dirigieron por la mitad del alumnado en la cafetería.
-Que es lo que me quieres decir que no lo haces enfrente de mis amigos-hice mucho énfasis en la palabra mis.
-Solo pensé que te gustaría estar a solas conmigo-dijo mientras su boca se curvaba y dicho esto se acercó a mi haciendo que yo retrocediera y quede pegada contra la pared, el se aprovechó y puso su mano en la pared.
-¡Que haces!-dije mientras pasaba debajo de su brazo y me mantenía a una distancia regular.
-Oye no te pongas así, solo bromeaba
-Vaya forma de bromear la que tienes-dije con desdén.
-Está bien, pongámonos serios, solo quería preguntarte si vendrías a mi casa ahora para lo del baile
-Desgraciadamente si
-Bueno, vendrás en mi auto-dijo dándome un tipo de orden
-No lo creo, yo iré en mi auto
-Está bien, como quieras, pero no me molestaré en buscarte si te pierdes-dio media vuelta y se fue
-Okay, Okay-dije-iré contigo, pero ni se te ocurra pensar que eso volverá a pasar
-Como si yo quisiera-dijo en voz baja pero con sufriente volumen para ser escuchado.
Volvimos a la cafetería y mientras caminábamos hacia la mesa la gente cuchicheaba y nos lanzabas miradas curiosas.
Las clases habían terminado para mi agrado, pero algo peor me esperaba, estaríamos solos James y yo en su casa, donde nadie podría escuchar mis gritos de auxilio.
-Oh vamos!-dijo con desagrado-ni que ir a mi casa fuera tan malo.
 Me limité a responder, íbamos en su auto, un Audi r8 spyder café, era un auto hermoso y se veía muy caro.
-Que interesante collar-me dijo después de un rato
-Qué, ah, si-mi voz se quebró un poco-era de mi madre
-Lo siento, no debí haber preguntado-dijo apresurándose
-No te disculpes, ella murió cuando yo tenía seis
-No necesitas hablar de ello si no quieres-dijo con cierta melancolía en la voz
-Si es solo que, no suelo hablar de ella y a veces no lo controlo, solo se me sale-tragué bastante saliva
-Bueno, lo lamento, creo que tu madre estaría muy orgullosa de ti
-¿De qué hablas?
-Bueno, eres una chica increíble, quiero decir no eres como los demás piensan
-¿Debería decir gracias?-subí una ceja
-Tú sabes a que me refiero
-No, no lo sé
-Lo que trato de decir es que eres muy especial-mis mejillas se pusieron rosadas-pero eres muy rara-mis mejillas volvieron a su estado normal.
-No te entiendo-dije algo molesta
-¿Qué no entiendes?-dijo con sarcasmo
-¡Un minuto eres encantador y comprensivo y al siguiente me insultas!
-¿Crees que soy encantador?-dijo con una sonrisa maliciosa
-Tú sabes a que me refiero-dije tornando los ojos
-No, no lo sé-y ambos reímos.
El viaje se transformo de incomodo a divertido, James era bastante gracioso, su sarcasmo resultaba placentero por veces.
-Listo, ya llegamos a mi pequeña choza-Su sarcasmo no paraba, de hecho su casa era enorme, no como una mansión de Hollywood, si no una casa bastante cálida, era espaciosa y tenía muchas pinturas y cuadros famosos.
-Se ve un poco diferente a la última vez que estuve aquí
-Es porque no fuiste a mi verdadera casa, esa era la casa de mis tíos, no me dejan invitar a muchas personas a esta casa, dicen que todos son maleantes que se robaran todo en un abrir y cerrar de ojos.
-¿Maleantes?, de que siglo es eso-reí
-Oye, culpa a mis padres-él rió también
Subimos a la segunda planta, ya no había tantas esculturas y pinturas, allá arriba era mucho más sencillo y normal, doblamos a la izquierda y pasamos un gran espejo y luego llegamos a una puerta dorada bastante bonita.
-Madmoizelle- dijo haciendo un ademán con una mano y abriendo la puerta con la otra.
-merci Monsieur- dije pasando como si llevara un gran vestido
-Vaya, ¿sabes hablar francés?-dijo arqueando una ceja
-No, pero eso es lo que todos saben del francés, como decir sí, señor y señora, gracias, por favor, lo más sencillo
-Vaya, pensé que eras más culta-y camino a grandes zancadas
-¿¡Disculpa!?
-Cálmate, solo bromeaba-y rio- ven, siéntate
Caminé hacia donde me indico y empezamos a hablar, nunca llegábamos a un acuerdo, yo decía rosa, el decía azul, yo quería plateado, él dorado, todo lo que yo decidía él lo contradecía, sería imposible terminar antes de las ocho si seguíamos así.
-Escucha, sé que no nos agradamos pero al menos pon de tu parte, el baile está próximo y si no llegamos a un acuerdo será un desastre-todo eso lo dije con firmeza
-No seas tan exagerada, falta mucho para el baile, solo relajémonos, ¿quieres limonada?
-No, no quiero y el baile será pronto, debemos apresurarnos
-Wow-dijo con sarcasmo
-¿¡Y ahora qué!?
-No sabía que te gustara tanto
-Que me gustara tanto qué
-Pues yo-su sonrisa maliciosa se dibujo lentamente- admítelo, crees que soy irresistible-dio varios pasos hacia adelante y cuando estuvo justo delante de mí se agachó (ya que él era más alto que yo) y sus ojos quedaron a la altura de los míos, no me podía resistir, esos ojos eran lo más hermoso que hubiera visto jamás, eran preciosos
-Púdrete-le dije arrepintiéndome de mi decisión, me aleje de él tomé mi mochila y salí de su habitación.
-Vamos, relájate un poco, solo quería que dejaras de pensar en otra cosa que no fuera estresarte
Me había enojado mucho, me di la vuelta y caminé hacia él con decisión
-¡Tú crees que eres irresistible verdad-dije con sarcasmo aunque la verdad era que si lo era- te jactas de lo guapo que eres tratando de conquistar a cualquier tonta que se cruce en tu camino, pues adivina que, yo no soy ninguna tonta y no lograrás nada!-diciendo eso, me había quitado un gran peso de mis hombros.
-No trato de conquistar a cualquier tonta-subí una ceja-trato de conquistarte a ti- me vio directamente a los ojos, sus malditos ojos que me atraían tanto empezaron a ganar, me tomó de la mano y luego la besó, cerré los ojos, después de eso escuché risas, no estaba segura de quién las hacía hasta que abrí mis ojos y vi que James se reía.
-¡Eres un verdadero tonto!-y diciendo esto me fui inmediatamente de la casa, tomé un taxi y regresé a la escuela, ya eran las 6:35 y subí a mi auto y conduje muy enojada hacia mi casa, cuando de pronto, un auto hermoso color café se interpuso en mi camino.

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